No sabes hacer ninguna cosa
Le cambias la melodía a las cumbias y parecen tragedias, beso abisal
Buenas noches, esto no es palíndroma, pero si leen al revés se les aparece el diablo maquillándose, a todos los pobres les falta algún diente, los raperos caminamos como cojos
nos vemos pronto
un maldito juego de palabras, le propino pamplinas, para un antipoema el diablo no nos tienta
Le cambias la melodía a las cumbias y parecen tragedias, beso abisal
Buenas noches, esto no es palíndroma, pero si leen al revés se les aparece el diablo maquillándose, a todos los pobres les falta algún diente, los raperos caminamos como cojos
nos vemos pronto
un maldito juego de palabras, le propino pamplinas, para un antipoema el diablo no nos tienta
Tengo una idea, dejemos de hacer eso ¿te parece? guardemos los juguetes. Tu familia culiá
Un dios mongólico se come los mocos
Le debo una, no hay
Insoportables lenguas amarillas, casi anaranjadas, sabor a mierda, esto se va a saber, no necesito más placer, aquí está prohibido vomitar
Hay una humeante venganza huérfana
Un dios mongólico se come los mocos
Le debo una, no hay
Insoportables lenguas amarillas, casi anaranjadas, sabor a mierda, esto se va a saber, no necesito más placer, aquí está prohibido vomitar
Hay una humeante venganza huérfana
Mi cantante
Había una mujer, hacíamos el amor periódicamente. Cualidad importante de Teresa era su voz dulce, cuando nos disponíamos al coito cantaba bossa nova, o fado si se acercaba su periodo. Para su cumpleaños, consulté a Gerónimo por libros, fue un gran error, no consideré su peculiar personalidad, su adicción a la fluoxetina, al alcohol y a la modorra, ni sus intentos suicidas, aquel amigo sugirió alguna historia ligera y breve, habló de un cuento llamado "Bartleby" de Melville, me pareció adecuado para regalar a Teresa. Pero debido a múltiples ineptitudes compré "Bartleby y compañía" de Vila-Matas, a Teresa le simpatizó, no tardó en leerlo y en releerlo. Ahora Teresa no canta, ni para hacerme dormir, ni para despertarme y llevarme a la ducha, dice que preferiría no hacerlo y se queda ahí parada con la cara estúpida, ni el amor ya me hace. Encontré entre sus cosas varios libros de Vila-Matas con títulos desalentadores, "Aunque no entendamos nada", "Viaje vertical", "Suicidios ejemplares”. Teresa decidió no hacer, ni música ni el amor. Existen unos muebles antiguos, que tienen radio con tocadiscos, creo que uno de esos necesito, claro que no creo que existan muebles con vagina, como Teresa.